Su proceso le brinda cualidades interesantes. Se deja reposar 11 meses en barrica de roble para después ser filtrado a nivel molecular. Ofrece una combinación armoniosa de las mejores cualidades de los tequilas clásicos. Su carácter y sedosidad es similar a un añejo, pero conserva su esencia de agave cocido, con un toque herbal característico de un blanco. Su final es limpio y fresco.